viernes, 22 de marzo de 2013

Las dos opciones: burro o tesoro


¿Alguien recuerda como vestía Felipe González en sus primeros mítines, y antes de llegar a la presidencia? ¿Y cómo vestía después? Pasó de la chaqueta de pana y la camisa a cuadros al traje y la corbata. Lo malo no es el cambio de vestuario sino que aparejado a él iba el cambio de... ¿principios?, y así ocurre con todos, o casi todos, (que quede una chispa de optimismo) cuando llegan a la jerarquía política de este país. No es lo importante el cambio de vestuario, repito, sino que con el vestuario se cambian las prioridades... personales y ya se ve el dinero... ajeno con otros ojos y se despierta el deseo de poseerlo... "mi tesoroooo"

González ha sido un simple ejemplo, pues de lo que se trata es que no importa que sean de izquierdas o de derechas o del medio o de dónde sea que provengan, todos almacenan tesoros a costa de los ciudadanos y encima lo niegan rotundamente, dando un puñetazo en la mesa y piensan, tal vez con razón, que cuando se destape el pastel ya nos habremos olvidado del susodicho puñetazo.

Pero, ¡ay, la memoria colectiva! está más que activada cuando los tiempos son malos, se vuelve más selectiva y... no se equivoca en lo fundamental, ¡claro! 

Así pues, como dicen en mi pueblo, cuidadico con el burro que ya se comió su parte, y la mía no me la quita ni mi padre. Pues eso.

Sigue goteando
Mañana más

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