Por fin nos oyen..., ¿cuándo nos escucharán?

Esto sí es un escrache tal y como lo quieren entender los políticos

1. Hablan de hostigamiento, coacción, intimidación.
2. Desde las filas del PP se ha comparado con el hostigamiento de los etarras a los políticos del País Vasco.
3. A la edil y diputada Eva Durán (pepista) le recuerdan a cuando los nazis visitaban casas.
4. "A ver, por favor, caballero, el DNI", pide un agente en la cabecera de la protesta, "si no se identifica estará cometiendo un atentando contra la autoridad" (Estos por lo menos parecen amables, no como estos otros).
5. La Secretaría de Seguridad ha dado instrucciones a las comisarías para que identifiquen a quienes puedan hostigar a políticos.
6. Los manifestantes rodean el portal, leen un comunicado, piden paso para meter postales en el buzón de la diputada.
7. La policía no les deja pasar.

• Es estupendo que protesten.
• Que el banco se quede con la casa y siga cobrando debería ser ilegal.
• "Ellos nos echan de nuestra casa, que es nuestra vida, a toletazos, ¿a eso cómo lo llaman? nosotros ni siquiera hemos tocado el timbre".
• Hay que luchar contra el poder sin límites de la banca.

(Anatomía de un escrache)

¿Cuándo el escrache se ha convertido en la única forma de decirles a los políticos lo que los ciudadanos quieren? El voto en las urnas cada 4 años es insuficiente, nadie te garantiza que vayan a desempeñar bien su cometido (y no hablemos de las promesas sin cuento que luego se quedan en agua de borrajas). Los diputados, "Sus Señorías", son inalcanzables. Al día siguiente de las elecciones se suben a otro nivel y piensan que tienen la obligación de hacer lo que les parezca bien sin tener en cuenta a los ciudadanos. No nos escuchan (ni les interesa escucharnos). Tras unas elecciones se creen con el deber de ningunearnos durante 4 años, pues para eso les hemos elegido. Si es que... ya lo decía mi abuelo: "Los políticos son un mal necesario".

Bien, las cosas empiezan a cambiar. Hemos encontrado una fórmula que nos permite hacerles llegar nuestros deseos, opiniones, súplicas..., en otras palabras, de comportarnos democráticamente en un Estado de Derecho. ¡Gracias gobernantes por habernos marcado el camino!

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